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Sólo es un mal día, aunque en realidad no es realmente un mal día. Todo casi todo ha salido bien, no hay nada por lo que quejarse si no fuera por la sensación que me quema por dentro de sentirte lejos, muy lejos. Tan lejos que duele.
Quizás sea cuestión de perspectiva, tan cerca y de repente... desconocidos.
Quizás sea simplemente que la luna se llenó el mismo día que mi vaso.
Quizás sea porque para sentir hace falta que te pongan los pies sobre la tierra y este es uno de esos pellizcos que te hacen volver a la realidad. Mierda de pellizco.
Quizás sea porque soplas y los problemas huyen. Quizás porque mientras me abrazas nada malo puede pasarme.
Hay millones de quizás, pero solo una cosa clara... he descubierto que mi forma de descargar hace que te cargues tú. Y no lo soporto.