Quizás no es el mejor momento para empezar de nuevo, para retomar algo que ha quedado en el olvido sin más razón que la indiferencia, la desgana y la falta de tiempo para sentarme frente a la pantalla y dejar que mis dedos escriban lo que mi cabeza es incapaz de decir en voz alta.
Sí, soy cobarde, mucho. Sí, tengo miedo, mucho, demasiado. Sí, te quiero, mucho, demasiado, tanto que duele. Sí, te quiero, mucho, demasiado, tanto que duele, pero me hace inmensamente feliz.
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